Gótico español , la enciclopedia libre

Gótico español, gótico hispánico o gótico peninsular son denominaciones bibliográficas[1]​ para designar la división espacial del arte gótico que corresponde a los reinos hispano-cristianos. Se localiza temporalmente entre finales del siglo XII y comienzos del siglo XVI. Sus rasgos estilísticos son en lo esencial comunes con el Gótico general europeo (en determinados periodos con mayor o menor influencia del gótico francés, del gótico alemán o del gótico flamenco, espacios con los que se mantuvieron muy dinámicas relaciones políticas y económicas, incluyendo un naciente mercado de arte y la emigración de artistas);[2]​ y en lo particular diferenciados entre las distintas zonas en que suele subdividirse.

Se diferencian el gótico de la Corona de Aragón (del reino de la Corona de Aragón, con un gótico aragonés donde predomina el gótico-mudéjar y un gótico mediterráneo o levantino —gótico catalán, gótico valenciano, gótico mallorquín—, el gótico navarro (del reino de Navarra, que quedó marginado de la expansión hacia el sur y mantuvo una mayor relación artística con Francia), el gótico de la Corona de Castilla (de la Corona de Castillagótico gallego, gótico asturiano, gótico leonés, gótico extremeño, gótico castellano, gótico vasco,[3]gótico andaluz, gótico murciano— y el gótico portugués (del Reino de Portugal).[4]​ A diferencia del románico español, que se limita a la zona septentrional, el Gótico se extiende por la totalidad del territorio peninsular, e incluso por fuera de él, en las islas Baleares (desde la conquista cristiana, 1231) y en los territorios atlánticos incorporados en el siglo XV (en las islas Canarias, en Ceuta y en Melilla, y en Santo Domingo).[5]​ Al igual que se hace para periodos anteriores, la historiografía del arte suele presentar conjuntamente el arte de todos los territorios, estudiándolos separadamente, y considerando en su caso las diferencias y similitudes estilísticas, a pesar de la ausencia de unidad política entre ellos.

Gótico español inicial y pleno[editar]

Pórtico de la Majestad de la colegiata de Toro, ca. 1290.
Iglesia de Santa María de la Asunción, Castro-Urdiales, Cantabria

El tardorrománico de finales del siglo XII y comienzos del siglo XIII significó en las artes figurativas una paulatina transición entre el hieratismo románico y el sentimentalismo gótico, que puede verse anunciado ya en el Pórtico de la Gloria de Santiago. La introducción de las innovaciones técnicas de la arquitectura fue dando origen a formas de transición (románico ojival). La continuidad de la relación con Francia se manifestó en los reinos cristianos peninsulares en la continuidad de la influencia de las formas artísticas transpirenaicas, que desde finales del siglo XII llegaron a través de la reforma cisterciense en los monasterios españoles (Fitero, la Oliva, Moreruela (1133), Poblet (1153), Santes Creus, Rueda, Veruela, Piedra, Santa María de Huerta, Valbuena, Santa María de Rioseco, Bonaval, Carracedo, Sobrado, Osera, Alcobaza (1178), etc.), a las que siguieron las más ambiciosas obras catedralicias (catedral de Ávila (1170), catedral de Tarragona (1173), la catedral de Lérida (1193) y catedral de Cuenca (1196)).

Fue destacada la labor de patronazgo artístico de monarcas como Fernando III el Santo, Jaime I el Conquistador o Alfonso X el Sabio; y obispos como Rodrigo de Sigüenza, Mauricio de Burgos, Rodrigo Jiménez de Rada (de Toledo) o Pedro de Albalat (de Lérida y Tarragona).

Catedrales[editar]

Catedral de Canarias, 1497.

La mayor parte de las catedrales españolas pertenecen a esta época; bien por corresponder a la época de la repoblación de su diócesis, edificándose sobre el solar de la mezquita mayor de la ciudad reconquistada (como la catedral de Cuenca desde 1196, o la catedral de Valencia desde 1263), bien por sustituir a edificios románicos que se consideró conveniente ampliar (catedral de Burgos desde 1221, la catedral de León desde 1255 o la catedral de Barcelona desde 1298). La Catedral de Toledo y la Catedral de Huesca se construyeron en estilo gótico (desde 1226 y 1273, respectivamente) sobre el edificio de las antiguas mezquitas que llevaban más de cien años (desde 1085 y 1096, respectivamente) adaptadas al uso como catedrales cristianas. Varias catedrales se iniciaron en estilo románico y se terminaron en estilo gótico, como la catedral de Ávila (desde 1130-1170), la catedral de Tarragona (1170-1331), o la catedral de Lérida (desde 1203). Se han conservado los nombres de algunos de los maestros de obras de sus primeras épocas (Maestro Fruchel[6]​ -Ávila-, Maestro Enrique[7]​ -Burgos y León- Petrus Petri -Toledo-, Maestro Bernat y Bartomeu de Girona[8]​ -Tarragona-), pero ninguno de ellos puede considerarse su ejecutor único. La magnitud de las obras y el lento ritmo de construcción hizo a todas ellas ir incorporando orgánicamente nuevos elementos hasta épocas muy tardías.

El aumento del poder eclesiástico, que está en la base de la expansión del Gótico, fue considerable (siendo ya muy grande), como lo ponen de manifiesto las sedes episcopales fundadas a lo largo del siglo [XII]: Salamanca (1102), Ávila, Segovia (hacia 1120), Sigüenza (1112), Coria (1140), Zamora (1144?), Ciudad Rodrigo (1161), Plasencia (1188), Cuenca (1188), Albarracín (1172), etc. Hasta que a mediados del XII surgen las órdenes militares, la función de las sedes episcopales era asentar y defender las tierras conquistadas; en esta fecha, más de cuarenta sedes episcopales se extendían por algo menos de media Península (hasta el valle del Tajo). El monopolio de la explotación de la lana por parte de la nobleza y el clero será, junto con los diezmos y tributos, la principal fuente de riqueza de los cabildos catedralicios, que les permitirá levantar las grandes catedrales. Cuando, a partir de la batalla de Las Navas de Tolosa (1212), la Reconquista queda decidida y el desastre económico musulmán es evidente, se planteará una situación nueva para la sociedad castellanoleonesa: la prosperidad parece segura con la ocupación de las vacías ciudades musulmanas y la exportación de la lana hacia Inglaterra y Flandes. Esta riqueza y la relativa estabilidad permitieron el desarrollo de la suntuosidad, el lujo y las nuevas construcciones. "Los nobles castellanos fueron eminentemente propietarios de grandes extensiones de terreno, que dedicaron a la ganadería. Y sus ganados utilizaron los pastos de uso comunal, dando origen a una riqueza lanera que fue la base de la potencia castellana de la Edad Media. Las tierras se dedicaron preferentemente al pastoreo; los documentos señalan con frecuencia la pena de abandono de las tierras roturadas, impuesta constantemente a los agricultores que pretandían extraer sus zonas de cultivo. Los cabildos parroquiales y los conventos de religiosos también dedicaron sus ansias hacia la ganadería. Esto solo permite ya explicar el hecho de la sobreabundancia de iglesias en todos los núcleos urbanos de la meseta, donde las estadísticas conocidas dan una iglesia por cada cien habitantes aproximadamente".[9]

La arquitectura española del Gótico inicial y pleno se caracterizó por un menor interés en la altura que en las catedrales francesas, llegando al extremo en la Corona de Aragón, donde fue la línea horizontal la predominante.

Gótico mendicante[editar]

Las órdenes mendicantes (franciscanos, dominicos, carmelitas o mercedarios), de implantación urbana en conventos (a diferencia de la implantación rural, en monasterios, de las órdenes monásticas), desarrollaron una peculiar arquitectura, mucho más modesta ("Gótico mendicante").[10]​ Se calcula en ochenta las fundaciones franciscanas en el siglo XIII.[11]​ Las primeras fundaciones dominicas fueron realizadas por el propio Santo Domingo de Guzmán en Segovia y Madrid (Santa Cruz la Real y Santo Domingo el Real), y quizá también el de San Pablo de Burgos (muchas fundaciones dominicas se dedicaron a San Pablo, como las de Cuenca, de Peñafiel o de Valladolid -éste y el de San Esteban de Salamanca tuvieron como destacada función la de mantener la presencia de su Orden en ambas universidades-). Las iglesias conventuales fueron inicialmente cubiertas de madera y arcos diafragma (propios del Gótico mediterráneo), con criterios funcionales, para alojar las amplias naves convenientes a la predicación masiva. La imparable dinámica de enriquecimiento promovió su embellecimiento y sustitución con materiales más nobles (bóvedas de tracería en piedra). La gran demanda de espacios de enterramiento y culto particular (cofradías, gremios, familias aristocráticas) hizo que se multiplicaran las capillas laterales. Muchos edificios desaparecieron en el siglo XIX (conventos de San Francisco y Santa Catalina de Barcelona) y quedan muestras en el convento de Santo Domingo (Gerona), el convento de Santo Domingo (Balaguer), el convento de San Francisco de Montblanch y, destacadamente, en el monasterio de Pedralbes.[12]

Convento de San Francisco de Montblanch.

Órdenes militares[editar]

Iglesia de Calatrava la Nueva.

Las órdenes militares españolas desarrollaron programas arquitectónicos de funcionalidad mixta religiosa y militar (Calatrava la Vieja y la Nueva, castillo de Montesa, castillo de Avís,[13]​ -el castillo de Alcántara fue sustituido, por su mal estado, por el convento de San Benito en 1495, mientras que el monasterio de Uclés, de la orden de Santiago, fue reconstruido en la Edad Moderna-).

Escultura y pintura[editar]

La escultura en piedra siguió los modelos franceses de Chartres o Reims; mientras que la talla polícroma en madera, que componía grupos cada vez más complejos (hasta definir la tipología del retablo en el Gótico final), siguió modelos propios que en los siguientes siglos recibirán la influencia flamenca e italiana; al igual que ocurrió con la pintura.[14]

Esta dejó paulatinamente de tener en los frescos murales su vehículo predominante (aunque hay destacados ejemplos, como los frescos de la Conquista de Mallorca -Palacio Aguilar de Barcelona-, los de la Catedral Vieja de Salamanca, los del Monasterio de Valbuena, los de San Miguel de Daroca o el grupo de iglesias de la Sierra de Guara y la Hoya de Huesca),[15]​ en beneficio de las tablas y las vidrieras (Catedral de León). También se desarrolló la iluminación de manuscritos (Cantigas de Santa María). Para la pintura del siglo XIII y comienzos del XIV se utilizan las denominaciones "estilo franco-gótico" o "Gótico lineal".[16]​ etc.)[17]

Referencias[editar]

  1. * Javier Gómez Martínez, El gótico español de la Edad Moderna: bóvedas de crucería, 1998 (ficha en su grupo de investigación) Artehistoria:
  2. El gótico es un estilo internacional en muchos sentidos, e incluso una de sus fases o estilos se denomina «gótico internacional». Particularmente conectado con el resto de Europa estuvo en la época el arte español (aunque, como en algún otro caso, se haya llegado a identificar para la fase final del estilo, a comienzos de la Edad Moderna, un «estilo nacional» o «gótico nacional» -véase la nota en la la sección correspondiente). Además de los constantes contactos transpirenaicos (Camino de Santiago) con lo que genéricamente se puede llamar "Francia" (el indefinido conjunto territorial de donde provenían los "francos", los "bretones", los "angevinos", los "occitanos", los "lemosines", los "provenzales", etc., fue preferente la conexión de la Meseta con lo que no menos genéricamente se puede llamar "Borgoña" (Cluny, Cister) y Flandes (hispanoflamenco, Juan de Borgoña) y de el Levante con Italia (escuela de Siena); pero también estuvieron presente otros espacios, como "Inglaterra" (Jorge Inglés -Joaquín Yarza, «Un tríptico inglés de alabastro en Collado de Contreras», en Archivo Español de Arte, t. XLI, n. 162-163 (1968), p. 131-139-) o "Alemania" (Juan de Colonia), incluso con lugares tan lejanos como el Báltico hanseático (Michael Sittow). Miguel Cabañas Bravo (ed.), El arte foráneo en España: Presencia e influencia, CSIC, 2005, ISBN 8400083288
  3. Lo que pueda llamarse "gótico en Euskal Herria" con criterios territoriales propios del nacionalismo vasco incluye una triple tipología: el gótico navarro-francés, el gótico castellano y el gótico vasco (reservando este último a un estilo -el gótico columnario- ... más bien "renacentisumadresta"). Juan Plazaola Artola, El arte gótico en Euskal Herria (ficha del autor en Auñamendi). También hay utilización de la expresión "Gótico vascongado": No es raro encontrar aún en las páginas de textos especializados el término «gótico vasco» haciendo referencia a piezas de arquitectura construidas en el País Vasco a lo largo del siglo XVI. El término fué acuñado por autoridad tan alta como D. Vicente Lampérez quien lo denominó “gótico vascongado” en su omnicomprensivo trabajo sobre la arquitectura religiosa en España. A partir de entonces la expresión parece haber gozado de algún predicamento. La Madre Arrázola lo adoptó igualmente en su fundamental trabajo sobre el Renacimiento en esta provincia, pero lo hizo, según propia declaración, con muchas reservas. Ramón Ayerza Elizarain, El Gótico vasco, una cuestión de estilo Archivado el 4 de marzo de 2014 en Wayback Machine., en Revisión del Arte Medieval en Euskal Herria nº 15, 1996, Donostia: Eusko Ikaskuntza, ISBN 84-89516-06-5. Cita como fuentes a Vicente Lampérez y Romea, Historia de la arquitectura cristiana española, Madrid, 1930, y Mª Asunción Arrázola, Renacimiento en Guipuzcoa, San Sebastián: Diputación Foral de Guipuzcoa, 1969 (ficha del autor en Auñamendi).
  4. Arteguías: Arte medieval cristiano - Arte Gótico en Región de Murcia Digital.
  5. Ficha en Artehistoria (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
  6. Ficha en Artehistoria
  7. Jaume Barrachina, El mestre Bartomeu de Girona: l'escultor gòtic català més antic de nom conegut (el escultor gótico catalán más antiguo de nombre conocido").
  8. Bozal, op. cit., pgs. 134-137. Cita entrecomillado a Ubieto y otros Introducción a la historia de España, Teide, 1970, pgs. 208-209
  9. Toman, Rolf. Gothic: Architecture - Sculpture - Painting. Editor: h. f. ullmann; 1 edition. 2008. ISBN 0841600686. Revista Estudos/Património n. 2. IPPAR. 2002. pág. 11. História da arte III: Curso de gestão turística e cultural. págs 15-17. Fuentes citadas en Gótico mendicante.
  10. «Franciscanos conventuales». Archivado desde el original el 8 de abril de 2013. Consultado el 16 de julio de 2013. 
  11. «Arquitectura gótica religiosa». Archivado desde el original el 10 de noviembre de 2013. Consultado el 16 de julio de 2013. 
  12. Castelo de Avis na base de dados do IGESPAR, fuente citada en Castelo de Avis.
  13. Fernández, Barnechea y Haro, op. cit., cp. 11, pg. 187-207.
  14. San Fructuoso de Bierge, Santa Maria del Monte en Liesa (Gótico lineal en Guara), San Miguel de Barluenga, Arbaniés, San Miguel de Foces de Ibieca, etc. Pintura Gótica en España (Arteguías). Iglesia de San Miguel de Foces (Huesca).
  15. * Bozal, op. cit. (sección La revolución comercial, fig. 81, pg. 125): Principales construcciones góticas en España y su relación con las vías de la Mesta. (Las líneas negras corresponden a las cañadas; los cuadrados, a las cabezas de cuadrillas de la Mesta; los círculos, a las ciudades por donde discurrían las cañadas). Mondoñedo, Santiago, Orense, Tuy, León, Burgos, Palencia, Valladolid, Vitoria, Tudela, Monasterio de Piedra, Cuenca, Sigüenza, Ávila, Salamanca, Ciudad Rodrigo, Plasencia, Toledo, Badajoz, Barcelona, Tarragona, Tortosa, Poblet, Gerona, Lérida. Las intarsias de la sillería del coro de Plasencia: influencia italiana temprana en el núcleo artístico toledano] Archivado el 20 de febrero de 2017 en Wayback Machine.. Entre otras fuentes, cita: H.L. ARENA, “Las sillerías de coro del maestro Rodrigo Alemán. Las sillerías del gótico tardío en España”, Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, 32 (1966), pp. 102-106; y J.I. HERNÁNDEZ REDONDO y M. ARIAS MARTÍNEZ, “La silla de Rodrigo Alemán en el Museo Nacional de Escultura”, Homenaje al Profesor Martín González, Valladolid, 1995, p. 379.
  16. Artehistoria: Estudios valencianos histórico-artísticos: Universidad de Zaragoza: