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Perezosos
Rango temporal: 32,9 Ma - 0 Ma
Oligoceno Temprano - Reciente


Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Clase: Mammalia
Infraclase: Placentalia
Superorden: Xenarthra
Orden: Pilosa
Suborden: Folivora
Delsuc et al., 2001
Sinonimia

Phyllophaga

Los folívoros (Folivora) o filófagos (Phyllophaga) son un suborden de mamíferos placentarios del orden Pilosa, comúnmente conocidos como perezosos o pereza. Son animales neotropicales de variado tamaño, endémicos de las selvas húmedas de América Central y América del Sur. Las especies actuales se pueden clasificar en dos géneros: perezosos de tres dedos (Bradypus) y perezosos de dos dedos (Choloepus).

El parecido de los perezosos con los primates es solo aparente, pues no guardan relación cercana alguna con estos; lo cual es un buen ejemplo de evolución convergente. Están emparentados con los osos hormigueros y más lejanamente, con los armadillos.

Los llaman perezosos porque suelen pasar hasta 18 horas durmiendo y se mueven muy lento.

Alimentación

Los perezosos se clasifican como folívoros, ya que su dieta consiste principalmente en yemas, brotes tiernos y hojas, principalmente de árboles del género Cecropia. Se ha documentado que algunos perezosos comen insectos, pequeños reptiles y aves como suplemento a su dieta. Los perezosos están completamente adaptados a la vida arborícola, desplazándose muy lentamente entre las ramas. Caminan con mucha dificultad sobre el suelo. Las hojas, su principal fuente de alimento, proporcionan muy poca energía y nutrientes, y no las digieren fácilmente, por esta razón los perezosos tienen estómagos de acción lenta, muy grandes y especializados, con múltiples compartimentos en los que habitan bacterias simbióticas que descomponen las hojas duras. Su digestión puede durar un mes o más en completarse.

Características físicas

En marcado contraste con los hormigueros, los perezosos tienen la cabeza redondeada.

El cuello posee seis vértebras cervicales en el perezoso de dos dedos (Choloepus) y nueve o diez en los de tres dedos (Bradypus). Los dientes anteriores están ausentes y los posteriores son hileras de protuberancias cilíndricas todas ellas aproximadamente iguales, desprovistas de cubierta de esmalte, pero que han adquirido una superficie trituradora y crecimiento continuo.

Las patas anteriores son más largas que las posteriores y están provistas de uñas ganchudas para colgarse de las ramas. En la cintura pectoral la clavícula se articula con el coracoides, carácter único entre los mamíferos.[1]

El perezoso de tres dedos cuenta con una pequeña cola mientras el de dos dedos carece de ella. Sus garras miden de 8 a 10 cm y funcionan como herramientas de agarre, así como para la defensa.[2]

Con frecuencia sobre su pelo crecen cianobacterias (Cyanoderma) y algas clorofíceas (Trichophilus) lo que les otorga una coloración verdosa que contribuye, junto a su lento movimiento, a pasar desapercibidos frente a los depredadores.[1]

El tamaño del perezoso varía de acuerdo al género. El de dos dedos es más grande con una longitud corporal entre 58 y 70 cm y un peso entre 4 y 8 kg. Por su parte, el perezoso de tres dedos mide 45 cm de longitud aproximadamente, con un peso entre 3.5 y 4.5 kg.[2]

Comportamiento

Los perezosos descienden aproximadamente una vez cada ocho días para defecar en el suelo. La razón y mecanismo de este comportamiento ha sido debatido durante mucho tiempo entre los científicos. Hay unas cinco hipótesis: fertilizar árboles cuando las heces se depositan en la base;[3]​cubrir las heces y evitar la depredación;[4][5][6]​ comunicación química entre individuos;[7]​ recoger nutrientes traza en sus garras, nutrientes luego ingeridos;[8]​ y favorecer una relación mutua con las poblaciones de polillas de su pelaje[8][6]​. Recientemente surgió una nueva hipótesis, que da evidencia contra las anteriores y propone que todos los perezosos actuales descienden de especies que defecaban en el suelo y sólo no se dio suficiente presión selectiva para dejar ese comportamiento al ser muy escasos los casos de depredación al defecar[9]​.

Depredadores

Algunos de sus principales depredadores son las serpientes constrictoras (anacondas), grandes felinos (pumas y jaguares) y, en ocasiones, aves de presa (como el águila harpía). Poseen garras muy afiladas que no solo les sirven para el sustento sino también como una efectiva arma de defensa que puede ser extremadamente peligrosa para sus atacantes. Cuando deben cruzar un río donde la vegetación no forme puentes aéreos pueden nadar con rapidez.

Perezosos gigantes

Esqueleto de Paramylodon.

Entre el Oligoceno y Pleistoceno existieron varias familias de perezosos terrestres gigantes; eran animales cuadrúpedos con las patas anteriores más cortas que las posteriores y provistas de garras. Es probable que fuesen prácticamente bípedos agarrando las ramas de los árboles y arrancándolas con su peso. Se han descrito cerca de 50 géneros de perezosos terrestres, muestra de que tuvieron un gran éxito ecológico en los bosques sudamericanos.[1]Megatherium era mayor que un elefante; Neomylodon persistió casi hasta la actualidad; otros géneros fueron Megalonyx, Mylodon y Eremotherium. Habitaron en América del Sur y parte de América del Norte.

Taxonomía

Folivora

Megalocnidae

Megatherioidea

Nothrotheriidae

Megatheriidae

Megalonychidae

Bradypodidae

Mylodontoidea

Scelidotheriidae

Choloepodidae

Mylodontidae

Cladograma mostrando las relaciones filogenéticas, de acuerdo con Presslee et al. (2019)[10]

El suborden Folívora incluye las siguientes familias:[11]

Suborden Folivora

Véase también

Referencias

  1. a b c Young, J. Z. 1977. La vida de los vertebrados. Editorial Omega, Barcelona, 660 pp. ISBN 84-282-0206-0
  2. a b «Características del Perezoso - BioEnciclopedia 2019». 
  3. Montgomery, G. G., & Sunquist, M. E. (1975). Impact of Sloths on Neotropical Forest Energy Flow and Nutrient Cycling. Ecological Studies, 69–98. DOI:10.1007/978-3-642-88533-4_7
  4. Bailey, T. N. (1974). Social organization in a bobcat population. The Journal of Wildlife Management, 38(3),435-446.
  5. Liberg, O. (1980). Spacing patterns in a population of rural free roaming domestic cats. Oikos, 32(3),336-349.
  6. a b Pauli, J. N., Mendoza, J. E., Steffan, S. A., Carey, C. C., Weimer, P. J., & Peery, M. Z. (2014). A syndrome of mutualism reinforces the lifestyle of a sloth. Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, 281(1778), 20133006. DOI: 10.1098/rspb.2013.3006
  7. Chiarello, A. G. (2008). Sloth ecology: an overview of field studies. The biology of the Xenarthra, 269-280.
  8. a b Voirin, B., Kays, R., Wikelski, M., & Lowman, M. (2013). Why Do Sloths Poop on the Ground? In M. Lowman, S. Devy, & T. Ganesh (eds). Treetops at Risk(pp. 195-199). Springer, New York, NY.
  9. Monge Nájera, J. (2021). Why sloths defecate on the ground: rejection of the mutualistic model. UNED Research Journal, 13(1), 4-4.
  10. Presslee et al., 2019, p. 1125.
  11. Presslee et al., 2019.

Bibliografía

  • Gaudin, T.J. 2004. Phylogenetic relationships among sloths (Mammalia, Xenarthra, Tardigrada): the craniodental evidence. Zoological Journal of the Linnean Society 140: 255-305.
  • Delsuc, Frédéric; Kuch, Melanie; Gibb, Gillian C.; Karpinski, Emil; Hackenberger, Dirk; Szpak, Paul; Martínez, Jorge G.; Mead, Jim I.; McDonald, H. Gregory; MacPhee, Ross D.E.; Billet, Guillaume; Hautier, Lionel; Poinar, Hendrik N. (2019). «Ancient Mitogenomes Reveal the Evolutionary History and Biogeography of Sloths». Current Biology (en inglés) 29 (12): 2031-2042.e6. doi:10.1016/j.cub.2019.05.043. 
  • Presslee, Samantha; Slater, Graham J.; Pujos, François; Forasiepi, Analía M.; Fischer, Roman; Molloy, Kelly; Mackie, Meaghan; Olsen, Jesper V.; Kramarz, Alejandro; Taglioretti, Matías; Scaglia, Fernando; Lezcano, Maximiliano; Lanata, José Luis; Southon, John; Feranec, Robert; Bloch, Jonathan; Hajduk, Adam; Martin, Fabiana M.; Salas Gismondi, Rodolfo; Reguero, Marcelo; de Muizon, Christian; Greenwood, Alex; Chait, Brian T.; Penkman, Kirsty; Collins, Matthew; MacPhee, Ross D. E. (2019). «Palaeoproteomics resolves sloth relationships». Nature Ecology & Evolution (en inglés) 3 (7): 1121-1130. doi:10.1038/s41559-019-0909-z. 

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