El diablo y la dama , la enciclopedia libre

El diablo y la dama (Le Diable et la Dame en francés) es una película realizada por Ariel Zúñiga en 1983.[1]

Producción[editar]

El director Ariel Zúñiga aseguró que el filme es la "búsqueda sobre la formación de la realidad",[2]​ cuyo punto de partida es el sueño y la imaginación. La productora francesa participó con el 35% de la producción. Había muchas expectativas sobre la participación de la producción mexicana, ya que se desconocía como iba a ser recibida la película en el país, ya que a consideración del director el cine mexicano estaba encasillado en tres temas: la Revolución, el cabaret y las comedias rancheras.[3]

Sinopsis[editar]

La película trata acerca de una pareja que se encuentra en una habitación de un hotel en París. Él (Richard Bohringer) sale a comprar cigarrillos al Tabac mientras ella, América (Catherine Jourdan), imagina o sueña que viaja a México y baila una pieza de cabaret con un maniquí en forma de diablo. Conoce a Jimmy (Carlos Castañón), quien la prostituye. Viaja por la ciudad de México junto con un grupo de gánsteres. Cuando él regresa al cuarto, América le dispara y lo mata.[4]

Está filmada en dos secuencias inversamente simétricas: la primera toma es en un cuarto vacío, él sale del baño y entra en la habitación, se recuesta con ella y sale del cuarto. La cámara gira en redondo y permite verlo salir del hotel, atravesar una plaza y entrar al Tabac. En la toma final, él sale del Tabac, atraviesa la plaza, entra al hotel, la cámara gira en redondo hacia la habitación, entra al cuarto y ella le dispara. [5]

Recepción[editar]

La película fue presentada en la Muestra Internacional de Cine en 1983. Debido a la polémica que causó su presentación por un «planteamiento netamente elitista»,[6]​ la película fue retirada de los cines comerciales y fue exhibida en las salas universitarias y de la Cineteca Nacional. Diversas publicaciones periódicas como El Universal, Novedades y Proceso señalaron que durante la exhibición de la película se escucharon silbidos de desaprobación, varias personas abandonaron la sala y algunas se dirigieron a la taquilla a exigir la devolución de su dinero.[7]​ Los autores de esas publicaciones lamentaron que el público no apreciara la película, la cual era «una obra divertidísima, llena de sorpresas, estimulante y, además, de una incontenible y excepcional belleza».[7]​ Por ello, argumentaron que la falta de sensibilidad de la audiencia hacia la película se debía su poco conocimiento, información y apertura hacia producciones cinematográficas diferentes del estilo mexicano.[8][9]​ Otros, en cambio, alegaron que la película producía «indiferencia y aburrimiento».[10]

Referencias[editar]

  1. Cineteca Nacional, Conaculta, Ficha de filmes nacionales, exp. A-00161, Centro de documentación e información
  2. Fernández de Ramírez, Patricia (27 de noviembre de 1983). El diablo y la dama. p. 24. 
  3. Gurezpe, Agustín (24 de noviembre de 1983). «El cine mexicano se reduce a tres temas: Revolución, Cabaret, y Comedias Rancheras». Excélsior: 8 - 10. 
  4. Tomás Pérez Current, "El Diablo y la Dama, obra divertida y de innegable belleza", El Universal, 9 de abril de 1990
  5. Pérez Current Tomás, "Cabellera negra", Dicine, mayo-junio 1984
  6. Carrasco, Jorge (9 de diciembre de 1984). «Un cine mexicano diferente». El Nacional. sección Sup: 29. 
  7. a b Pérez Turrent, Tomas (10 de abril de 1984). «El diablo y la dama. Ariel Zúñiga es un director moderno». El Universal: 1. 
  8. Celín Fernando, "La Muestra Internacional IV. Algo más y punto final", Novedades, 18 de diciembre de 1983, secc. suplementos, p. 2
  9. Rivera Héctor, "Que devuelvan las entradas (los espectadores)", Proceso, 5 de diciembre de 1983, no. 370
  10. Peña, Mauricio (29 de noviembre de 1983). «Los films de la muestra. El diablo y la dama». El Heraldo: 2.