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Acrópolis de Atenas.

La palabra acrópolis proviene del griego ἄκρος akros (‘extremo, cima’) y πόλις polis (‘ciudad’), y hace referencia a la parte más alta de una ciudad.[1]Acrópolis también se podría llamar "la ciudad de los vivos" o en griego πόλη των ζωντανών.

En la actualidad se suele restringir el término a la parte más alta de las antiguas polis griegas, aunque también se puede utilizar para ciudades romanas y de otras civilizaciones.

Con la intención de disponer de una mejor defensa, los primitivos pobladores emplazaban sus asentamientos en elevaciones naturales del terreno, preferiblemente con bordes escarpados.[2]​ Con el tiempo, esta zona elevada se convertía en el núcleo a partir del cual iba desarrollándose el crecimiento urbano. Así nacieron ciudades como Atenas o Esparta, la cual fue resultado de la unificación de siete poblados ubicados en sus respectivas colinas.

Debido a la situación privilegiada, las acrópolis solían albergar los edificios más emblemáticos, como templos, y en ellas se reunían las personalidades de la ciudad o se celebraban actos importantes, los ciudadanos podían refugiarse en ella en caso de peligro.

La acrópolis más conocida es la Acrópolis de Atenas, que incluye el Partenón en honor a la diosa Atenea. Otras acrópolis griegas de renombre son las de la ciudad de Aso (en la actual Turquía) o la de Pérgamo, aunque también son famosas las acrópolis de otras culturas, como la acrópolis de Bratislava o la de Constantinopla.

Acrópolis importantes

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Véase también

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Referencias

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  1. RAE. «acrópolis». Consultado el 7 de abril de 2013. 
  2. Lezama, José Luis (1993). Teoría social, espacio y ciudad. México: El Colegio de México, Centro de Estudios Demográficos y de Desarrollo Urbano. p. 400. ISBN 968-12-1057-3. «Muchas veces la polis contaba con una acrópolis, es decir punto elevado, especie de ciudadela defensiva». 

Bibliografía

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Enlaces externos

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